Observo
escondido su grácil danza
penetrar en mis ojos.
El aroma de sus piernas largas
se extiende como alas a mis sentidos.
Observo
su cara alargada de blanco y negro
su lomo caramelo
su corona torneada.
Me aquieto. Siento el silencio.
Mientras el deseo de acariciar su carne
se hace eco.
Observo y espero.
2 (La presa)
Con mis ágiles patas surco la sabana.Vuelo sobre el río, escucho sus sonidos.
Siempre atenta.
Mis orejas dan aviso.
Lo siento, lo percibo.
Hay un enemigo.
No lo veo.
Mi cuerpo se tensa.Su olor se confunde con el mío.
Amago el tiempo. Ya no hay tiempo.
La muerte está conmigo.
Foto de Nora Natale (África 2011)
1 comentario:
De este poema, me encanta la parte 2, en la que habla la presa. Creo que hasta puede sostenerse como un poema único, independiente del otro. El remate de los últimos versos es muy ilustrativo, tanto casi, como la foto.
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