Y nuestros cuerpos
distintos en el mismo sudor.
Hebras de té
fundidas en el agua.
Y bebo
las hebras rojas de tu boca.
Y acaricias
las hebras negras de mi mirada.
Y en el fondo de nuestra piel,
la borra del destino marcada.
Hebras de té
fundidas en el agua.
Y bebo
las hebras rojas de tu boca.
Y acaricias
las hebras negras de mi mirada.
Y en el fondo de nuestra piel,
la borra del destino marcada.
1 comentario:
Me gusta la originalidad del título y la idea de relacionar las hebras con el juego amoroso de dos personas. El cierre del poema me parece exacto. Marca perfectamente un fin, una conclusión.
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